En las plantas angiospermas, la antera, del griego anteros = 'florecido', aludiendo a que la presencia visible de las anteras señala el punto álgido de la antesis (floración), es la parte terminal del estambre de una flor. Es una estructura homóloga a los microesporangio en otros clados y está encargada de la producción del polen.
Cada estambre suele fundamentarse en un piececillo llamado filamento y una antera, sujeta lateralmente al extremo del filamento. Se dice de las anteras que son extrorsas si el filamento se une a la antera por su cara externa (la más alejada del eje floral), y se las llama introrsas en el caso contrario, menos frecuente.
La antera típica de las angiospermas suele constar de dos partes distinguibles, contiguas, llamadas tecas, unidas por una zona llamada conectivo, que es también por donde la antera se une al filamento. Si se corta la antera perpendicularmente a su eje, se observa que cada antera contiene uno o dos sacos polínicos que se extienden en toda su longitud.
La antera es una estructura dehiscente, es decir, que se rompe espontáneamente para dejar visible su contenido, el polen. Cada saco polínico se abrirá en general por una dehiscencia (corte) longitudinal por donde saldrá el polen.
El estambre es una hoja transformada para la producción de esporas masculinas (microsporas) que son los granos de polen. Los sacos polínicos son los microsporangios.