En la mitología griega Auges era uno de los helíadas, los hijos que había tenido el dios del Sol, Helios, con la ninfa Rodo.
Auges, junto con sus hermanos Trínax y Macareo, había logrado expulsar a los malvados telquines de la isla de Rodas, a pesar de que estos se vengaran arrojando agua del Estigia que envenenó las tierras de cultivo de la isla.