Familia Barberini | ||
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Etnicidad | Italiana | |
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Origen(es) | Familia Tafani | |
Ramas menores | Barberini-Colonna | |
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Lugar de origen | Barberino Val d'Elsa | |
Títulos |
Papa Príncipe de Palestrina Príncipe de Valmontone Duque de Monterotondo | |
Gobernante en | Barberino Val d'Elsa, Florencia | |
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Fundación | 1500 | |
Disolución | 1722 | |
Miembros | ||
Fundador | Carlo Barberini | |
Último gobernante | Urbano Barberini | |
La familia Barberini fue una de las más influyentes de la actual Italia en el siglo XVII.
Esta familia originaria de la Toscana se estableció en Florencia en la primera mitad del siglo XI. El clímax de su poder llegó en 1623, con el ascenso como papa de Maffeo Barberini, con el nombre de Urbano VIII, que siguiendo el nepotismo habitual de la época favoreció la carrera militar de su hermano Antonio, ordenó cardenales a dos sobrinos y nombró príncipe de Palestrina a otro sobrino, Taddeo Barberini, que fue también nombrado comandante del ejército pontificio. Durante la Primera Guerra de Castro sus tropas fueron derrotadas por las de Odoardo I Farnesio. Urbano VIII promocionó la obra titulada I Documenti d'Amore de Francesco da Barberino con el fin de nobilizar con las letras a su propia familia.
Después de la muerte de Urbano en 1644, su sucesor el nuevo papa Inocencio X hostigó a la familia, así Taddeo tuvo que huir a París, donde murió en 1647. Con él se extinguió la línea masculina de los Barberini. La hija de Taddeo, Cornelia, se casó con el príncipe Giulio Cesare Colonna di Sciarra en 1728, de modo que Giulio Cesare añadió el apellido Barberini al de Colonna. A la muerte del príncipe Enrico Barberini-Colonna, el nombre pasó al marqués Luigi Sacchetti, marido de María, la hija de Enrico, que recibió también el título de príncipe de Palestrina y la facultad de utilizar el apellido Barberini.
El Palacio Barberini y su biblioteca de Roma son el sello tangible del antiguo poder de la familia. En el siglo XVII los Barberini fueron uno de los mayores mecenas de la Roma barroca, financiando obras de emblemática importancia para la arquitectura de todos los tiempos, como la iglesia de Sant'Ivo alla Sapienza de Francesco Borromini. El modo en el cual, sin embargo, saquearon las obras de la antigüedad para sus objetivos dio origen a la famosa expresión «Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini» («aquello que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini»).