En la mitología griega, Broteas o Bróteas (Βροτέας / Brotéas) es un personaje oscuro mencionado en unas pocas fuentes. De este cazador se dice que era hijo del infame Tántalo[1] y en al menos una fuente su madre fue Eurianasa,[2] hija del río Pactolo.[3] Al menos sus hermanos fueron Pélope y Níobe.[2]
Broteas fue quemado en una pira funeraria como sacrificio propiciatorio. Apolodoro nos dice que «Bróteas, que era cazador, no honraba a Ártemis y decía que ni el fuego podía dañarlo. Pero, enloquecido, se arrojó al fuego».[4] Al menos Natalis Comes amplía la narración: «Bróteas, ridiculizado por todos a causa de una deformidad en su boca, se arrojó al fuego y estuvo a punto de sufrir la infamia de la muerte».[5] Ovidio nos confirma que Bróteas se arrojó al fuego con el deseo de morir.[6] El fundamento mítico se basa en que era un famoso cazador, que se negó a honrar a Artemisa. Artemisa le hizo volverse loco, lo que provocó que se hiciese una auto-inmolación.[7] Combina tres familiares mitemas. Compara el cazador Acteón, cuyo sacrificio se justifica también como retribución.
Al heredero de Broteas se le llamó también Tántalo, como su abuelo, si es que no es verdad que Tiestes fue el verdadero padre de la criatura.[8] No se menciona la consorte. Un fragmento hesiódico de los papiros de Oxirrinco conecta genealógicamente a Dárdano, Broteas y Pandión, aunque esta tradición no se halla en ninguna otra fuente.[9] Al menos West cree que en el Catálogo de mujeres una hija innominada de Bróteas fue escogida para desposarse con Dárdano.[10]
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