El Cocito (en griego antiguo: Κωκυτός, Kṓkȳtos) era un río, tributario del Aqueronte, que fluía en la región griega del Epiro. Se creía que, al igual que el Aqueronte, el Cocito estaba conectado con el inframundo, y de ahí que se terminara describiéndole como un río existente solo en él.[1]
Algunos autores opinan que las aguas del Cocito también discurren por la tierra, el mundo de la superficie. Pausanias, por ejemplo, dice que en el país de los tesprotos, en Ciquiro, se encontraba la laguna Aquerusia y las corrientes del Aqueronte y el funesto Cocito.[2] Apuleyo opina que el Cocito y el Estigia discurren, sin embargo, por tierras arcadias.[3]