Un deshollinador es una persona que tiene por oficio la limpieza de chimeneas.
El deshollinador se ocupa de retirar de forma periódica el hollín acumulado en las paredes de las chimeneas por causa de su uso con propósitos higiénicos, como prevención de incendios y para mejorar su tiro. Su actividad se extiende también al mantenimiento de la chimenea reparando pequeñas grietas que pudieran dejar escapar el humo. Actualmente las normativas obligan al deshollinado anual de las instalaciones de combustibles sólidos, dependiendo del país, será anual o incluso con una periodicidad menor.