En la mitología griega, Eolo o Éolo (en griego Αἴολος) es el nombre de tres personajes distintos. Los datos ofrecidos por los mitógrafos han llevado a confundirlos. Eolo es recordado especialmente, en los textos hesiódicos, por ser el epónimo de los eolios, y en los textos homéricos por ser el guardián de los vientos. La percepción de la vulgata de Eolo como dios de los vientos es errónea pues en ninguna fuente se hace referencia a Eolo como una divinidad. Solo en la Eneida Eolo parace paricipar en ciertos beneficios divinos: [Eolo le agradece a Juno su postestad:] «Este reino, todo él, tú me lo has dado, tú el cetro y el favor de Júpiter, tú el sentarme a la mesa de los dioses, tú el mando sobre nubes y huracanes».[1]