El fascinus o fascinum, es la personificación del falo divino en la magia y religión de la Antigua Roma. La palabra puede referirse también a la propia deidad Fascino (Fascinus), a efigies y amuletos del falo y a hechizos utilizados para invocar su divina protección.[1] Plinio el Viejo lo llama un medicus invidiae, un "doctor" o remedio para la envidia (invidia) o el mal de ojo.