El 'ferrocemento' es un material de construcción usado para hacer edificios, depósitos de agua, barcos y esculturas.[1]
Se compone de cemento, arena, malla de alambre y agua.
El ferrocemento se empezó a utilizar en el siglo XIX y es más económico que la construcción con cemento armado. Como características físicas destaca por su ligereza, resistencia al fuego y los terremotos. No se oxida.
Para construir con ferrocemento se parte de un alma de red de alambre que se recubre con el mortero de cemento arena y agua. En general el grueso de este mortero es de entre 10 a 30 mm. Como en otras construcciones con cemento se necesita bastante tiempo para que el material tome las características físicas de endurecimiento y resistencia requeridas (aproximadamente un mes en total).