El gelatino-bromuro es un procedimiento fotográfico creado en el año 1871 por R. L. Maddox y mejorado en el año 1878 gracias a los trabajos de Charles Harper Bennett que acabó desplazando al colodión húmedo, a partir del año 1882.
Este proceso básicamente supone en sus inicios el empleo de una placa de vidrio sobre la que se extiende una solución de bromuro de cadmio, agua y gelatina sensibilizada con nitrato de plata, que ya no necesita mantener húmeda la placa en todo momento, lo cual pone fin a uno de los grandes inconvenientes del colodión húmedo.
Al conseguir Charles E. Bennett mejorar la sensibilidad del gelatino-bromuro dejando secar durante más tiempo la placa emulsionada, consiguió rebajar el tiempo de exposición a un cuarto de segundo, lo que nos permite acercarnos al concepto de instantánea fotográfica.[1][2]
Las placas secas "al gelatino-bromuro de plata" se fabricaban en industrias. Se compraban en cajas que debían abrirse en un cuarto oscuro, con débil luz roja, para cargar los chasis. Y una vez expuestas, se podían revelar sin prisas, días después, al regresar de los viajes. Uno de los fabricantes de placas secas fue A. Lumière & ses fils, de Lyon (Francia), que recibió grandes premios entre los años 1889 y 1900. Además de la sociedad Lumière, otros destacados fabricantes fueron: Guilleminot et Cie., y Agfa.
A finales del siglo XIX comenzó a sensibilizarse el papel mediante este procedimiento empleando el bromuro de plata convirtiéndose en el tipo de papel fotográfico más empleado en el siglo XX.[3]
La creación de este método supuso la culminación del invento de la fotografía, quedando básicamente constituida hasta la aparición de la fotografía digital.