Por lo general, el maullido de un gato es mayormente dirigido a su dueño humano, debido a que el humano no puede comprender las señales hormonales o el lenguaje corporal que estos usan para comunicarse con otros gatos,[1] el maullido es su forma de conseguir la atención de su dueño humano, como de su madre, algo que desaparece a medida que envejece.[2]
Un maullido es la voz animal más típica que caracteriza a un gato.[3]