Los nanotubos son nanoestructuras en forma de cilindros huecos, cuya pared está formada por una o más capas de moléculas enlazadas entre sí. Las dimensiones del tubo, del orden de nanómetros de diámetro, les imparten unas propiedades físicas y químicas especiales y diferentes de las de la misma molécula en estructuras de mayor tamaño.[1]
Los nanotubos de carbono son de especial interés en numerosos campos, con aplicaciones en la química, biotecnología, medicina, etc y como componente en diversos tipos de dispositivos electrónicos.[2] Los nanotubos de materiales inorgánicos, aunque morfológicamente similares a los nanotubos de carbono, presentan propiedades distintas y pueden ser preferibles a los nanotubos de carbono para ciertos usos.[3] Los nanotubos de macromoléculas biológicas, como el ADN o la tubulina, presentan ventajas frente a otros tipos de nanotubos para el transporte de moléculas.