Los políporos son un grupo de hongos que forman grandes cuerpos fructíferos con poros o tubos en la parte inferior (ver Delimitación para las excepciones). Son un grupo morfológico de basidiomicetos similares a las setas con láminas y los hongos hidnoides, y no todos los políporos están estrechamente relacionados entre sí. Los políporos también se denominan hongos de soporte o hongos de repisa, y se caracterizan por producir cuerpos fructíferos leñosos, con forma de repisa o de soporte, u ocasionalmente circulares, que se denominan conchas.
La mayoría de los políporos habitan en los troncos o ramas de los árboles consumiendo la madera, pero algunas especies que habitan en el suelo forman micorrizas con los árboles. Los políporos y los hongos corticioides relacionados son los agentes más importantes de la descomposición de la madera, y desempeñan un papel muy importante en el ciclo de los nutrientes y la producción de dióxido de carbono de los ecosistemas forestales.[1]
Se han descrito para la ciencia más de mil especies de políporos[2], pero una gran parte de la diversidad sigue siendo desconocida incluso en zonas templadas relativamente bien estudiadas. Los políporos son mucho más diversos en los bosques naturales antiguos con abundante madera muerta que en los bosques más jóvenes gestionados o en las plantaciones. En consecuencia, varias especies han disminuido drásticamente y están en peligro de extinción debido a la tala y la deforestación.
Los poliporos se utilizan en la medicina tradicional y se estudian activamente por su valor medicinal y sus diversas aplicaciones industriales. Varias especies de poliporas son graves patógenos de las plantaciones de árboles y son las principales causas del deterioro de la madera.
Los conchos, los cuerpos fructíferos de las poliporas, se sitúan en una agrupación planar cercana de filas horizontales separadas o interconectadas. Los conchos pueden variar desde una sola fila de unos pocos casquillos, hasta decenas de filas de casquillos que pueden pesar varios cientos de kilos. Se encuentran principalmente en árboles (vivos y muertos) y en restos leñosos gruesos, y pueden parecerse a las setas. Algunos forman cuerpos fructíferos anuales, mientras que otros son perennes y crecen año tras año. Los hongos de corchete suelen ser resistentes y robustos y producen sus esporas, llamadas basidiosporas, dentro de los poros que suelen formar la superficie inferior.