Tarpeya (en latín Tarpeia /tɑrˈpiːə/) fue según la leyenda, una joven de origen etrusco que traicionó a la ciudad de Roma abriendo sus puertas a los sabinos a cambio de lo que ella pensaba que sería una recompensa en forma de joyas. En lugar de eso fue aplastada hasta la muerte y su cuerpo arrojado desde la roca Tarpeya que actualmente tiene su nombre.[1]