En el islam, ziyara(h) (en árabe: زيارة, romanizado: ziyārah, lit. 'visita') o ziyarat (en persa: زیارت, romanizado: ziyārata, lit. 'peregrinaje') es una forma de peregrinaje a sitios asociados con Mahoma, los miembros de su familia y descendientes (incluyendo los imanes chiíes), sus compañeros y otras figuras veneradas en el islam como profetas, valíes (santos) sufíes y eruditos islámicos.[1][2] Los sitios de peregrinaje incluyen mezquitas, santuarios (maqams), campos de batalla, montañas y cuevas.
Ziyārat puede referirse también a una forma de súplica hecha por los chiíes, en la que envían salutaciones y saludos a Mahoma y a su familia.[3][4]
Tanto en el islam suní como chií el concepto de Ziyarah se encuentra en muchas y diversas partes del mundo musulmán, especialmente en aquellas partes en las cuales el sufismo fue la principal forma de expansión del islam.[5] La principal excepción a esta tolerancia hacia el ziyara históricamente se encuentra en aquellas regiones en las cuales la escuela Hanbalí de jurisprudencia ha predominado. Desde el siglo XVIII este ha sido el caso principalmente en la península arábiga bajo la influencia de las formas Wahabi y Salafi de puritanismo islámico, que evitan toda innovación en el culto que no haya sido claramente sancionada por el Profeta (bida).[6]
Sin embargo, a lo largo de la mayor parte de África, Anatolia y Asia Occidental, del Sur y Sudeste, peregrinos han visitado santuarios durante siglos, con muchas variaciones en arquitectura y en rituales.[5] Los mazares son visitados por peregrinos todo el año, buscando bendiciones (baraka) de los santos sepultados en la tumba-santuario. Con frecuencia, uno o dos «diputados» o seguidores respetados del santo se encuentran enterrados en el mismo complejo. El aniversario de la muerte del santo (urs, que también significa «boda»), es ocasión de grandes visitas y celebraciones por parte de sus devotos. Para grandes santos, el urs era ocasión de un ziyara marcado por celebraciones alegres, bailes y oraciones rituales.[5]
Si bien muchas élites religiosas locales inclinadas a la reforma (ulemas) han sostenido que las visitas a santuarios sufíes son una innovación no-islámica (bida) y por tanto prohibidas, muchos otros han aceptado tales prácticas como expresiones locales de piedad musulmana. Los rituales de las ziyaras a menudo atraen a cristianos, hindúes y miembros de otras comunidades religiosas que viven entre musulmanes que visitan los altares o cerca de ellos, haciendo de esta manera que el ziyara se vuelva una negociación ritual de inclusividad comunitaria en áreas donde los musulmanes y los no-musulmanes viven con límites tenues entre sus comunidades. Esto diferencia la práctica del ziyara de los deberes religiosos del hach.[5]
Con todo, para muchos musulmanes a lo largo de los siglos, las dos formas de peregrinación se han practicado. Por ejemplo, en las épocas premodernas del viaje por tierra, peregrinos de España y de África del Norte que hacían la hach solían hacer una parada en Tanta, en el delta egipcio, para visitar el santuario de Ahmad al-Badawi. Aunque tales rituales son de origen tradicional y premoderno, en regiones donde el peregrinaje ziyara es común y está firmemente enraizado en las prácticas locales, se pueden ver con frecuencia musulmanes urbanos modernos entre los peregrinos que celebran los aniversarios de estos santos.[5]