El altar de muertos[1] es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de Muertos, que consiste en instalar altares domésticos en honor de los muertos de la familia donde se ofrece como ofrenda alimentos, velas, flores y objetos de uso cotidiano del difunto.[cita requerida]
El altar de muertos es una construcción simbólica resultado del sincretismo de las ideologías prehispánicas, la cosmovisión endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas europeas de carácter abrahámico traídas por los conquistadores y misioneros españoles encomendados a la colonización y conversión de los pueblos nativos del actual territorio mexicano. Las creencias mesoamericanas sincréticas, para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes importantes.[2]
Estos altares, producto del sincretismo religioso, guardan todavía una enorme similitud en elementos simbólicos y estéticos con los tlamanalli (del náhuatl tlamana ‘ofrecer’ y -li, sufijo: ‘La Ofrenda’), elaborados por los grupos que aún guardan la tradición de los pueblos originarios.