Ansiedad | ||
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Una persona diagnosticada con panfobia, del libro de Alexander Morison de 1843 The Physiognomy of Mental Diseases. | ||
Especialidad |
psiquiatría psicología clínica psicoterapia | |
La ansiedad (del latín anxietas, ‘angustia, aflicción’) es un mecanismo de defensa natural del organismo frente a estímulos externos o internos que son percibidos por el individuo como amenazantes o peligrosos,[1] y se acompaña de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.[2][3] El estrés generado por la ansiedad se caracteriza por deberse a una situación repentina que carece de estímulos, a diferencia del estrés derivado de un examen el cual es un estrés normal, el problema surge cuando el estrés provocado por la ansiedad se activa en situaciones no amenazantes para la persona. Un cuadro inusual, patológico de ansiedad se conoce como trastorno de ansiedad.
Aparte de tomar las medidas necesarias para prepararse ante una amenaza, la ansiedad también conlleva un componente psíquico que provoca distintos estados en el cuerpo humano, ya sea angustia, taquicardia, fatiga, etc.
La ansiedad adaptativa o no patológica es una sensación o un estado emocional normal ante determinadas situaciones y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas estresantes.[4] Por lo tanto, cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias o demandas del medio ambiente. Únicamente cuando sobrepasa cierta intensidad —desequilibrio de los sistemas de respuesta normal de ansiedad— o se supera la capacidad adaptativa entre el individuo y el medio ambiente, es cuando la ansiedad se convierte en patológica,[5] la cual se puede definir como una respuesta desproporcionada en intensidad y duración que pone en marcha los mecanismos fisiológicos de alerta y defensa, provocando un malestar significativo, con síntomas físicos, psicológicos y conductuales, la mayoría de las veces muy inespecíficos.[2][6]
Una amplia gama de enfermedades médicas puede producir síntomas de ansiedad. Para aclarar si estos son la consecuencia fisiológica directa de una enfermedad médica, se evalúan los datos de la historia clínica, la exploración física, las pruebas de laboratorio y los estudios complementarios, necesarios en función de los síntomas del paciente.[2] Presentar altos niveles de neuroticismo aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad.[7]