El corpus de grandes obras de la cultura occidental no puede considerarse como una lista cerrada; incluso el núcleo europeo original de lo que se viene llamando mundo occidental comprende múltiples tradiciones culturales en diferentes idiomas, de manera que cualquier selección o antología suele estar influida por la propia capacidad de los que la elaboran para juzgar la valía o relevancia de cada obra u autor. Así, en las listas con pretensiones canónicas realizadas por intelectuales del mundo anglosajón, o las listas de lecturas universitarias de sus prestigiosas universidades, el número de obras de autores de su lengua supera en mucho al de cualquier otra; y lo mismo podría decirse de las instituciones de la cultura francesa, alemana, italiana, rusa o española. Es decir cada cultura nacional genera su propio canon nacional, además de producir una versión diferente del canon occidental.[24]
Desde una postura relativista (relativismo cultural), se niega la universalidad de cualquier canon cultural, dado que depende del criterio de quien lo establece (sea un individuo o un grupo humano), contaminado por su época, su contexto ideológico y todo tipo de circunstancias, personales o sociales, reales o imaginarias, que susciten la creación de una identidad (racial, religiosa,[26] de clase, sexual,[27] etc.); de modo que el corpus del canon varíe en función de ellas. Desde una postura identificada con el perennialismo educativo (filosofía perenne), por el contrario, las creaciones humanas más sublimes deben tener validez universal.[28]
La historicidad del canon es difícilmente cuestionable, así como su continua revisión en el espacio público de una sociedad abierta, aun cuando quienes lo reforman o lo limitan pretendan impedir una nueva revisión. En realidad, no existe solamente un canon, sino un cruce entre muchos cánones de distinta genealogía:[29] el canon de la muchedumbre o, simplemente, del público mayoritario; las bibliotecas y antologías; el canon universitario; el canon del poder; la ruptura estética (el canon de autores y críticos modernos), el canon mestizo e intercultural al que ya se ha hecho referencia, por la colusión entre culturas mundializadas; así como el canon de las mujeres, fruto de la investigación durante las últimas décadas, a cargo de centenares de especialistas, sobre las obras olvidadas y marginadas de autoras en todas las lenguas, no solo europeas, por el hecho de ser mujeres.[30]
↑Casi toda la producción escrita de la cultura griega hasta el siglo V a. C. era poesía, y la parte que no era se calificaba de logografía (literalmente 'escrito como se habla').
↑Uso bibliográfico del término «canon musical». No debe confundirse con la forma musical denominada canon. La imposibilidad de conocer la música de la Antigüedad restringió el conocimiento de la música del pasado al canto gregoriano y otras tradiciones corales, hasta el desarrollo de la notación musical. Los compositores que alcanzaron la consideración de imprescindibles en el repertorio musical comienzan a partir del barroco (Bach, Vivaldi, Purcell, Haendel) y el classicismo (Haydn, Mozart, Beethoven).
↑La expresión «canon arquitectónico» se usa más habitualmente para referirse a la proporción entre las distintas partes de un edificio. La selección de un corpus canónico del arte arquitectónico occidental se viene haciendo desde la misma Antigüedad con la lista de Siete maravillas del mundo —todas arquitectónicas, excepto el Coloso de Rodas y la Estatua de Zeus en Olimpia—. Edificios religiosos cristianos como las catedrales medievales y San Pedro de Roma, y palacios como El Escorial y Versalles, adquirieron un enorme prestigio en sus propias épocas, prolongado hasta hoy.
Dejando a un lado la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis, sus Confesiones [las de San Agustín] deslumbran como otra joya maravillosa. Todo el mundo lo sabe, el Águila de los Doctores con San Pablo y Santo Tomás de Aquino forma la trinidad sublime de la Teología.
↑En esta ordenación, los autores aparecen en número equilibrado por siglos, géneros y naciones. Se justifica por su aparición en la práctica totalidad de los programas educativos o antologías. Véase, por ejemplo esta cronología universal. La selección de Bloom para este periodo cronológico, titulada The aristocratic Age, que se limita a la literatura de ficción, cuenta con 18 italianos, 2 portugueses, 11 españoles, 73 británicos, 27 franceses, 5 alemanes y 1 neerlandés (Erasmo
).
↑La limitación a autores anteriores al siglo XIX hace que en la lista precedente no aparezcan nombres rusos, cosa imposible para los siglos siguientes. En cualquier caso, el canon literario ruso nació con vocación universalista. Fedor Dostoievski, Discurso en el primer centenario de Pushkin, 8 de junio de 1880:
Sólo Pushkin, de todos los poetas mundiales tiene la capacidad de convertirse en representante de otra nación... relean su Don Juan y, si no fuera por la firma de Pushkin, nunca hubieran dicho ustedes que no se trata de la obra de un español... Sí, la predestinación de los rusos es, sin la menor duda, europea y universal. Ser todo un ruso... significa... ser hermano de todos los hombres, un hombre universal... la superación de la nostalgia europea es posible en el alma rusa
Este discurso, leído ante la Sociedad de Amantes de las Letras Rusas, se ha calificado de punto de inflexión en la formación de un canon literario ruso [y]... lo que debía ser una literatura nacional. Así Turgenev se enfrentó... a Katkov. Tolstoi declinó su presencia con una carta pública en la que denunciaba la inmoralidad de una literatura alejada del pueblo (Ángeles Huerta González, La Europa periférica: Rusia y España ante el fenómeno de la modernidad, Universidad de Santiago de Compostela, 2004, ISBN 84-9750-366-X, p. 64. Véase Mikhail Katkov.
↑No existe un índice de impacto de los textos literarios similar a los utilizados para las publicaciones científicas. Sí hay rankings de traducciones (Index Translationum) y de ventas o best sellers (Anexo:Libros más vendidos). La lista de Bloom para el siglo XIX se titula The democratic Age (6 italianos, 4 españoles, 63 británicos, 15 alemanes, 14 rusos y 31 estadounidenses); para el siglo XX se titula The caotic Age (21 italianos, 13 de España —que lista separados de 6 de Cataluña y de 18 de Latinoamérica—, 6 portugueses, 53 franceses, 82 de Gran Bretaña e Irlanda —separados de los 6 de las Indias Occidentales, 12 de África —todos ellos anglófonos, menos uno—, 3 de India en inglés, 8 canadienses, 11 australianos y neozelandeses, y 162 estadounidenses—, 29 alemanes, 18 rusos, 8 de Escandinavia, 3 servocroatas, 5 checos, 6 polacos, 3 húngaros, 6 griegos modernos, 12 yidish, 14 hebreos y 4 árabes). Los premios Nobel de literatura, concedidos anualmente, son también un canon literario para el siglo XX, construido por la selección de autores vivos en el momento de su concesión.
Véase la nota anterior sobre el canon literario ruso.
↑Part I. The teocratic Age (la cronología de los cantares de gesta escritos, cuyas fuentes se inician en la oralidad altomedieval, es más bien de la Baja Edad Media, donde terminan por dar origen a los romances y la literatura caballeresca; en las listas de Bloom el Beowulf y el Mío Cid aparecen en la primera parte —junto a las obras antiguas y medievales—, mientras que el Roldán y Le Morte d'Arthur figuran en la segunda —junto a las obras de la Edad Moderna—).
↑Martínez Sánchez, Joaquín José (2010). «II. Historicidad del canon». El canon de la vida. Poética del desarrollo humano. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. p. 261 y ss. Consultado el 11 de mayo de 2020.
↑Cfr. Joanna Russ, Cómo acabar con la escritura de las mujeres, Dos Bigotes, 2018 (1983).