Colelitiasis | ||
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Numerosos cálculos extraídos de la disección de una vesícula biliar, probablemente de colesterol. | ||
Especialidad | gastroenterología | |
Síntomas | Sin síntomas, dolor en cuadrante derecho del abdomen[1][2][3] | |
Inicio habitual | Mayores de 40[1] | |
Factores de riesgo | Anticonceptivos orales, embarazo, historia familiar, obesidad, diabetes, cirrosis hepática, ganacia subita de peso[1] | |
Diagnóstico | Basado en los síntomas, confirmado por ultrasonido[1][3] | |
Prevención | Peso saludable, dieta alta en fibra y baja en carbohidratos simples[1] | |
Tratamiento |
Asintomático: ninguno[1] Dolor: cirugía[1] | |
Pronóstico | Bueno, postquirurgico[1] | |
Frecuencia | 10–15% en adultos (Países desarollados)[3] | |
Sinónimos | ||
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En medicina, la colelitiasis, comúnmente conocida como piedras en la vesícula, cálculos biliares o litiasis biliar,[5] se refiere a la formación de cálculos en la vías biliares, sobre todo en las vesícula biliar.[6] Son acumulaciones graduales de materias sólidas que pueden ser tan pequeñas como granos de arenilla o, en ocasiones excepcionales, tan grandes que ocupan toda la vesícula.[1] La mayor parte, sin embargo, suelen ser de tamaño intermedio, es decir, de 20 mm o menos. La mayor parte de estos cristales —cerca de un 80 %— están constituidos por cristales de colesterol, el resto son cristales pigmentados de color negro.[7]
La mayoría de las personas con cálculos biliares (alrededor del 80%) presentan sin síntomas.[1][2] Sin embargo, si un cálculo biliar bloquea el conducto biliar, puede producirse dolor parecido a un calambre en la parte superior derecha del abdomen, conocido como cólico biliar.[3] Las complicaciones de los cálculos biliares pueden incluir inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), inflamación del páncreas (pancreatitis), ictericia e infección de un conducto biliar (colangitis).[3][8] Los síntomas de estas complicaciones pueden incluir dolor de más de cinco horas de duración, fiebre, piel amarillenta, vómitos, orina oscura y heces pálidas.[1]
Los factores de riesgo de cálculos biliares incluyen las píldoras anticonceptivas, el embarazo, antecedentes familiares de cálculos biliares, obesidad, diabetes, enfermedad hepática o pérdida rápida de peso.[1] Los componentes biliares que forman los cálculos biliares incluyen colesterol, sales biliares y la bilirrubina.[1] Los cálculos biliares formados principalmente por colesterol se denominan cálculos de colesterol, y los formados principalmente por bilirrubina se denominan cálculos pigmentarios.[1][2] Se puede sospechar la presencia de cálculos biliares basándose inicialmente en los síntomas.[3] El diagnóstico suele confirmarse mediante ecografía.[1] Ciertas complicaciones pueden detectarse mediante análisis de sangre.[1]
El riesgo de sufrir cálculos biliares se puede reducir manteniendo un peso saludable con ejercicio y una dieta saludable.[1] Si no hay síntomas, generalmente no es necesario el tratamiento.[1] En aquellos que sufren ataques de vesícula biliar, generalmente se recomienda cirugía para extirpar la vesícula.[1] Esto se puede realizar través de varias incisiones pequeñas o a través de una única incisión más grande, generalmente bajo anestesia general.[1] En casos menos frecuentes, cuando la cirugía no es posible, se pueden utilizar medicamentos para disolver los cálculos o litotricia para descomponerlos.[9]
En países desarrollados, entre el 10 y el 15% de los adultos tienen cálculos biliares.[3] Sin embargo, en muchas partes de África las tasas son tan bajas que llegan al 3%.[10] En 2013, se produjeron enfermedades de la vesícula biliar y otras relacionadas con la vía biliar en aproximadamente 104 millones de personas (1,6 % de la población) y provocaron 106 000 muertes.[11] Las mujeres tienen cálculos con mayor frecuencia que los hombres y aparecen con mayor frecuencia después de los 40 años.[1] Ciertos grupos étnicos tienen cálculos biliares con más frecuencia que otros.[1] Por ejemplo, el 48% de nativos americanos tienen cálculos biliares.[1] Una vez extirpada la vesícula biliar, los resultados suelen ser favorables.[1]