En el mundo de la música clásica, el director de coro es el músico encargado de preparar y coordinar las diferentes cuerdas (o voces) de un coro o conjunto coral, con el fin de interpretar una obra musical. El director es el único músico-intérprete “silencioso” ya que su interpretación de una obra es realizada por medio de otras personas, podríamos decir, entonces, que no es un ser independiente. Su función principal es unificar una serie de elementos (melódicos, armónicos, rítmicos, contrapuntísticos, de dinámica e interpretación, entre otros) que una vez incorporados e internalizados deberá poder transmitirlos al coro. Quien escucha, debe percibir una unidad de mensajes. Para ello es de vital importancia el dominio previo de la obra, basado en el estudio técnico, analítico y emocional de la misma. El/la director/a debe concebir una imagen auditiva previa al ensayo (aunque luego la modifique), y tratar de obtenerla en el grupo. Busca y se forma un concepto de la obra, y comunica a través de gestos y palabras (la última solamente en ensayos), su concepción de la misma. El coreuta produce el sonido.