El 3 de mayo en Madrid | ||
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Año | 1814 | |
Autor | Francisco de Goya (1746-1828) | |
Técnica | Óleo sobre lienzo | |
Estilo | Romanticismo | |
Tamaño | 268 cm × 347 cm[1] | |
Localización | Museo del Prado, Madrid, España | |
País de origen | España | |
El 3 de mayo en Madrid (también conocido como El 3 de mayo de 1808 en Madrid, Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío[2][3] o Los fusilamientos del tres de mayo[1]) es un cuadro del pintor español Francisco de Goya terminado en 1814 que se conserva en el Museo del Prado (Madrid, España). La intención de Goya era plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa en el marco del levantamiento del dos de mayo, al comienzo de la guerra de Independencia española. Su pareja es El dos de mayo de 1808 en Madrid —también llamada La carga de los mamelucos—. Ambos cuadros de la misma época y corriente tienen la técnica y cromatismos propios del Goya maduro. Goya sugirió el encargo de estos cuadros de gran formato a la regencia liberal de Luis María de Borbón y Vallabriga, antes de la llegada del rey Fernando VII. Se decía que adornaron un arco del triunfo dedicado al rey en la Puerta de Alcalá. Sobre ello se tienen relatos que narran la entrada de Fernando VII a Madrid, que afirman:
La mañana del 13 de mayo llega Fernando a Madrid. Entra por la puerta de Atocha y se detiene en la de Alcalá, de los arcos cubiertos de rosas penden dos grandes cuadros de Goya, encargados por el regente Luis María: El dos de mayo en Madrid y Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, el tres de mayo de 1808. Se detiene el monarca a admirar las pinturas por un momento, luego continúa el paseo triunfante, en su tétrica carroza negra.Biografía de Luis María de Borbón, regente de España[4]
Últimas investigaciones lo desmienten.[5] En cualquier caso, la intención de Goya para hacer estos cuadros queda plasmada en una carta autógrafa del aragonés:
Siento ardientes deseos de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa.—Ápud Glendinning (2005), pág. 120.[6][7]
La oscura pintura muestra imágenes fuertes y crea el arquetipo del horror en la pintura española, que Goya aprovechó en esa época para sus aguafuertes titulados Los desastres de la guerra.
El 3 de mayo de 1808 ha inspirado numerosos cuadros, como El fusilamiento de Maximiliano, de Édouard Manet, así como otras obras de éste relativas a la acción bélica. Guernica y Masacre en Corea son las dos obras de Pablo Picasso en que se aprecia la influencia de Los fusilamientos.
En la década de 1850 el pintor José de Madrazo —entonces director del Prado— puso en duda que Goya hubiese pintado este lienzo. Afirmó que «el cuadro es de calidad muy inferior a otros retratos del maestro Goya».[8] Décadas después, durante el apogeo del impresionismo y del Romanticismo, adquirió fama mundial al ser considerada antecedente directo de tales estilos. La obra fue trasladada a Valencia en 1937 junto con todo el fondo del Museo para evitar posibles daños durante la Guerra Civil, pero durante el trayecto la obra sufrió un accidente. Los desperfectos se fueron reparando gracias a las restauraciones emprendidas en 1938, 1939, 1941 y 2008. En esta última restauración, realizada por Clara Quintanilla, se ha procedido a la limpieza y restauración completa del cuadro, a base de rebajar los barnices amarillentos que cubrían gran parte de la obra y se han reintegrado algunas partes que resultaron dañadas en el accidente.[9]