Se conoce como fruta confitada a la fruta que se sumerge y se cocina posteriormente en almíbar para que pierda su humedad interior de manera que pueda conservarse sin riesgo de putrefacción.[1] Cuando la capa superficial de azúcar está cristalizada al haber añadido gránulos de azúcar a la fruta confitada, o bien por haberla sumergido en jarabe y después secarla, se denomina fruta escarchada.[1][2][3] Las frutas confitadas y escarchadas suelen emplearse en la elaboración de ciertos bollos, y forman parte de la repostería española típica de la Navidad. El diccionario de la lengua española define el término confitura como «la fruta, hortaliza u otra cosa cocida con azúcar o cubierta de un baño de azúcar».[4] La fruta confitada se considera una confitura seca. En ciertas regiones de Argentina se la conoce como fruta abrillantada.[cita requerida]