El heno, también llamado a veces hierba seca, suele ser una mezcla de gramíneas y/o de leguminosas, cortadas, secas y utilizadas como alimento para los animales. Las flores de pasto también suelen ser parte de la mezcla. Las plantas que se utilizan comúnmente para el heno incluyen el ballico italiano (Lolium multiflorum) y el ballico (L. perenne), con mezclas de otras hierbas y tréboles (rojo, blanco y subterráneo). Cereales como la avena, la cebada o el trigo también suelen formar parte del heno. En muchos países, la mielga (alfalfa) constituye un heno de calidad superior, para el ganado bovino y los caballos.
En climas secos y calurosos, el heno está formado de hierbas muy secas que tienen poco valor nutricional, pero es lo mejor que pueden hacer los granjeros de esas zonas en épocas de escasez de alimentación para el ganado.
Es el material de los granos y hojas el que determina la calidad del heno. Los granjeros intentan encontrar el punto en el que la hoja de un prado alcanza su máximo antes de cortar el forraje. El material segado se deja secando de manera que la mayor parte de la humedad se pierda, pero el material siga siendo lo bastante robusto para que la maquinaria lo pueda recoger del suelo y procesarlo para almacenarlo en fardos, pacas, pilas o en hoyos.