Intolerancia religiosa es una forma de intolerancia y vulneración a los derechos humanos contra una persona o grupo con motivo de sus creencias o prácticas religiosas, la falta de las mismas, o la oposición por razones ideológicas, teológicas e identitarias hacia el ejercicio individual de derechos fundamentales .[1] Las razones antropológicas y sociológicas detrás de la intolerancia religiosa pueden estar motivadas tanto por situaciones de conflictividad social hacia creencias religiosas diferentes a las predominantes en un territorio, así como por la oposición -desde quienes ejercen el ministerio eclesiástico a partir de conductas y prácticas de persuasión coercitiva y desinformación, mecanismos de polarización de grupo y acoso psicológico, o de un excesivo celo religioso- hacia el ejercicio autónomo y libre de derechos fundamentales como la libertad de conciencia, el derecho a la educación, o de otros derechos fundamentales.[2][3][4][5]En el contexto contemporáneo, otras causas de la intolerancia religiosa incluyen además el sentimiento antirreligioso hacia el ejercicio individual o colectivo de una expresión religiosa[2]así como razones ideológicas atribuibles a la ideología identitaria predominante en países bajo dictaduras de facto y países bajo el régimen de estado confesional.[6][cita requerida] Debido a la evolución de las sociedades en diversas regiones del mundo, los conceptos sobre la materia han variado en las últimas décadas.[1][7]
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 18°, señala lo siguiente:[8]
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
En el contexto de los países bajo democracias libres, el ejercicio autónomo de la libertad religiosa y las acciones desde el estado de derecho para enfrentar el fenómeno de la intolerancia religiosa en la sociedad están regulados por las disposiciones constitucionales en materia de libertad de asociación y libertad de expresión, así como también en las disposiciones establecidas en tratados y convenciones internacionales como la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el Convenio de Estambul o la Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW).[1]
Situaciones de intolerancia religiosa históricamente han derivado en guerras civiles, genocidios y situaciones documentadas de terrorismo de Estado, como las ocurridas durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo de entreguerras, o las ocurridas en el contexto de períodos históricos como la Edad Media.
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