La llovizna es una precipitación que se caracteriza por tener un tamaño de gota pequeño (usualmente menos 0,5 mm diámetro 0,02 pulgadas) dando la impresión de que las gotas flotan en vez de caer.[1] La llovizna se origina en nubes relativamente bajas y de poco desarrollo vertical como son los estratocúmulos o los estrato. Es un fenómeno de común ocurrencia en la costa árida de Chile y Perú, en la región subtropical de Bolivia, y en la cornisa cantábrica de España.
Aunque su intensidad es necesariamente inferior a la de la «lluvia», la llovizna puede ser lo suficientemente copiosa como para producir acumulaciones del orden de 1 mm/h y cantidades absolutas reseñables si esta se prolonga en el tiempo.
El tamaño menudo de las gotas de llovizna hace que en muchas circunstancias estas se evaporen en gran medida antes de llegar a la superficie y poder ser detectadas por los observadores sobre el terreno. El código METAR para llovizna es DZ.