El nemes era un tocado funerario de tela, un atuendo que utilizaban frecuentemente los faraones egipcios cuando eran representados como reyes ya difuntos.[1]
Cubría la totalidad de la cabeza, cayendo verticalmente por detrás de las orejas, amarrándose con un nudo cerca de la nuca, a modo de trenza. Según los textos, era de color blanco adornado con bandas teñidas en azul, aunque algunos podrían haber sido en azul lapislázuli y en oro, como se muestra en algunas esculturas, máscaras funerarias y frescos.
Se fijaba a la cabeza además con una diadema que portaba una cobra y un buitre en la frente: el ureo, emblema protector de los faraones, quienes eran los únicos que podían llevarlo como atributo de realeza.