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Primera guerra sino-japonesa

Primera guerra sino-japonesa
Parte de Siglo de humillación

De arriba abajo: Barco chino ardiendo durante la batalla de Pungdo. Tropas japonesas disparando contra naves Qing en la batalla del río Yalu. La caballería japonesa ataca al ejército chino en la batalla de Pionyang.
Fecha 1 de agosto de 1894-13 de febrero de 1895
Lugar Mar de China Oriental, costas orientales de China
Resultado
Cambios territoriales China acepta la cesión de Taiwán, las islas Pescadores y Liaodong a Japón.
Beligerantes
Bandera del Imperio del Japón Imperio del Japón Bandera de la Dinastía Qing Dinastía Qing
Figuras políticas
Bandera del Imperio del Japón Emperador Meiji Bandera de la Dinastía Qing Emperador Guangxu
Bandera de la Dinastía Qing Emperatriz viuda Cixi
Comandantes
Bandera del Imperio del Japón Yamagata Aritomo
Bandera del Imperio del Japón Itō Hirobumi
Bandera del Imperio del Japón Ito Sukeyuki
Bandera de la Dinastía Qing Li Hongzhang
Bandera de la Dinastía Qing Ting Ju ch'ang
Bandera de la Dinastía Qing Deng Shichang 
Bandera de la Dinastía Qing Ding Ruchang 
Fuerzas en combate
250 000 soldados
Ejército Imperial Japonés
Armada Imperial Japonesa
630 000 soldados
Ejército de Beiyang
Flota de Beiyang
Bajas
1132 muertos
3973 heridos
11 894 muertos por enfermedad
35 000 muertos o heridos
Primera guerra sino-japonesa Korea–China Treaty of 1899

La Primera Guerra Sino-Japonesa' (conocida en China como la guerra de Jiawu (en chino tradicional, 甲午战争; en chino simplificado, 甲午战争; pinyin, Jiǎwǔ Zhànzhēng) y en Japón como guerra de Japón-Qing (Nisshin Sensō, en japonés: 日清戦争), o Primera Guerra China-Japón, fue un conflicto militar que sucedió desde el 25 de julio de 1894 al 17 de abril de 1895 entre la dinastía Qing de China y el Imperio del Japón principalmente por la influencia en la península de Corea.[1]​ Después de más de seis meses de éxitos ininterrumpidos por parte de las fuerzas terrestres y navales japonesas y la pérdida de los puertos de Lüshunkou (Port Arthur) y Weihaiwei, el gobierno Qing pidió la paz en febrero de 1895 y firmó el Tratado de Shimonoseki dos meses después, poniendo fin a la guerra.

A finales del siglo XIX, la Dinastía Joseon de Corea seguía siendo uno de los estados tributarios de China, mientras que Japón lo veía como un objetivo de expansión imperial. En junio de 1894, el gobierno Qing, a petición del emperador coreano Gojong, envió 2.800 tropas para ayudar a reprimir la Revolución Campesina de Donghak. Los japoneses consideraron que esto era una violación de la Convención de Tientsin de 1885 y enviaron una fuerza expedicionaria de 8.000 tropas, que desembarcó en Incheon. Este ejército se trasladó a Seúl, capturó al emperador coreano y estableció un gobierno projaponés el 23 de julio de 1894 en la ocupación de Gyeongbokgung. El gobierno Qing decidió retirar sus tropas, pero rechazó el reconocimiento del gobierno projaponés, que había otorgado al Ejército Imperial Japonés el derecho a expulsar al Ejército Huai chino de Corea. Aproximadamente 3.000 tropas chinas todavía permanecían en Corea y solo podían ser abastecidas por mar. El 25 de julio, la Armada japonesa ganó la batalla de Pungdo y hundió el vapor Kowshing, que transportaba 1.200 refuerzos de Qing. El 1 de agosto se declaró la guerra.

Tras la batalla de Pionyang el 15 de septiembre, las tropas chinas se retiraron a Manchuria, lo que permitió a los japoneses tomar el control de Corea. Dos días después, la flota de Beiyang sufrió una derrota decisiva en la batalla del río Yalu, y sus barcos supervivientes se retiraron a Port Arthur. En octubre de 1894, el ejército japonés invadió Manchuria y capturó Port Arthur el 21 de noviembre. Japón capturó Weihaiwei en la península de Shandong el 12 de febrero de 1895. Esto les dio el control sobre los accesos a Pekín, y la corte Qing inició negociaciones con Japón a principios de marzo. La guerra concluyó con el Tratado de Shimonoseki el 17 de abril, que exigía a China pagar una indemnización masiva y ceder la isla de Taiwán, las islas Pescadores y Liaodong a Japón. Japón también obtuvo una posición predominante en Corea.

La guerra demostró el fracaso de los intentos de la dinastía Qing de modernizar su ejército y defenderse de las amenazas a su soberanía, especialmente en comparación con la exitosa Restauración Meiji de Japón. Por primera vez, el dominio regional en el este de Asia pasó de China a Japón.[2]​ El prestigio de la dinastía Qing, junto con la tradición clásica en China, sufrió un duro golpe. La pérdida de Corea como estado tributario desató una protesta pública sin precedentes. Dentro de China, la derrota fue un catalizador para una serie de agitaciones políticas lideradas por Sun Yat-sen y Kang Youwei, que culminaron en la Revolución de 1911 y el fin definitivo del gobierno dinástico en China.

  1. Kim, Samuel S. (2006). The Two Koreas and the Great Powers. Cambridge University Press. p. 2. ISBN 978-0-521-66899-6. doi:10.1017/cbo9780511510496. «Japan was at the forefront of hegemonic wars in a quest to extend the Japanese hegemony over Korea to the entire Asia-Pacific region – the Sino–Japanese War of 1894–95 to gain dominance in Korea.» 
  2. Paine, 2003, p. 3.

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