En la biología, los ritmos circadianos[1] (del latín circa, que significa ‘alrededor de’ y dies, que significa ‘día’) son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de aproximadamente 24 horas.
La alteración en la secuencia u orden de los ritmos circadianos, tiene un efecto negativo a corto plazo como en el jetlag, y a mediano plazo pueden desencadenar desórdenes neurológicos como los trastornos del sueño del ritmo circadiano y otros psiquiátricos como el trastorno afectivo estacional y el trastorno bipolar.[2]