Un aguador o aguatero (en América) es la persona que vende y distribuye agua entre la población.[1] Durante siglos fue una ocupación muy popular, cuando el suministro de agua corriente no estaba generalizado. Se reunían en las principales fuentes de las ciudades para abastecerse de agua y distribuirla a las casas de los compradores o venderla por la calle. De variada tipología, ha quedado noticia de aguadores que además de agua corriente, vendían aguas aromatizadas y refrescos.[nota 1][2][3] Entre los ilustres aguadores de la literatura española, estuvieron el Lazarillo de Tormes, Estebanillo González y Guzmán de Alfarache,[4] y entre los de la historia de la pintura española, La aguadora goyesca y El aguador de Sevilla, de Diego Velázquez.
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