Arrio | ||
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Grabado de Arrio argumentando la supremacía de Dios Padre, y que el Hijo tuvo un comienzo, al haber tenido un verdadero nacimiento. | ||
Información personal | ||
Nombre en griego | Ἄρειος | |
Nacimiento |
años 250juliano Cirenaica (Cyrenaica) | |
Fallecimiento |
336 Constantinopla (Antigua Roma) | |
Religión | Arrianismo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Asceta, teólogo, presbítero y predicador | |
Área | Teología | |
Arrio (en berebere: Aryus; en griego: Ἄρειος; Libia, 250 o 256-Constantinopla, 336) fue un asceta, presbítero y sacerdote en Alejandría, en la iglesia de Baucalis. Fue un obispo considerado hereje que negaba la naturaleza divina de Jesucristo. Posiblemente tuviera un origen libio.[1]
Sus enseñanzas sobre la naturaleza de Dios, que enfatizan que el Hijo está subordinado al Padre,[2] y su oposición a lo trinitario, que se había vuelto dominante en la cristiandad, le convirtieron en un asunto primordial durante el Primer Concilio de Nicea, convocado por el emperador Constantino I en el año 325.
Después de que los emperadores Licinio y Constantino legalizaran y formalizaran el cristianismo en el Imperio romano, el emperador Constantino trató de unificar y suprimir la división teológica en el seno de la Iglesia reconocida.[3] La iglesia cristiana estaba dividida por desacuerdos sobre la cristología o la relación entre Jesús y Dios. Los cristianos homousianos (católicos), entre los que estaba Atanasio de Alejandría, usaron el arrianismo como epíteto para los que estaban en desacuerdo con su doctrina homousiana trinitaria, que describía a Dios y a Cristo como «una misma esencia» (consustancial y coeterna).
Aunque el término «arriano» podría sugerir que Arrio fue el fundador de la doctrina que lleva su nombre, el debate sobre la relación precisa entre el Hijo y el Padre no empezó con él. Este asunto había sido discutido durante décadas antes de su llegada; Arrio simplemente intensificó la controversia y la llevó ante un público más amplio de la iglesia, donde otros «arrianos» como Eusebio de Nicomedia (no confundir con el contemporáneo Eusebio de Cesarea) demostraron ser mucho más influyentes a largo plazo. De hecho, algunos «arrianos» posteriores repudian ese nombre, alegando no estar familiarizados con ese hombre o con sus enseñanzas específicas.[4][5] En cualquier caso, como el conflicto entre Arrio y sus enemigos llevó el asunto al primer plano teórico, la doctrina que él proclamaba creer, aunque no es originalmente suya, es etiquetada como suya.