Barroco siciliano

San Benedetto (Catania), con frescos de Giovanni Tuccari
Nave de la Chiesa del Gesù (Palermo) (1590-1632)

El barroco siciliano es una variante local de la arquitectura barroca italiana que se desarrolló en la isla de Sicilia, en la Italia meridional, durante los siglos XVII y XVIII, un estilo distintivo ampliamente descrito por el historiador del arte inglés Anthony Blunt. El estilo se reconoce no solo por sus típicas curvas y florituras barrocas, sino también por sus máscaras sonrientes y putti, con la particular extravagancia que le ha dado a Sicilia una identidad arquitectónica única.

El estilo barroco siciliano voló durante la gran reconstrucción edilicia que siguió al terremoto de 1693. Previamente el barroco había sido usado en la isla en una forma ingenua y de alcance local, que había evolucionado a partir de la arquitectura híbrida nativa más que de los grandes arquitectos barrocos de Roma. Después del terremoto los arquitectos locales, muchos de ellos formados en Roma, tuvieron múltiples oportunidades de recrear la arquitectura barroca más sofisticada, que había ganado popularidad en la Italia continental. El trabajo de estos arquitectos locales —y el nuevo género de grabado arquitectónico que ellos iniciaron— inspiró a otros diseñadores locales para seguir el ejemplo. Alrededor de 1730, los arquitectos sicilianos habían desarrollado confianza en el uso del estilo barroco. Su particular interpretación los llevó paulatinamente a generar una forma de arte altamente localista y personalizada. De 1780 en adelante, el estilo fue gradualmente reemplazado por la nueva moda del neoclasicismo.

El estilo decorativo del barroco siciliano duró apenas cincuenta años, y reflejó perfectamente el orden social de la isla en una época en que —dominada nominalmente por la Monarquía Hispánica— fue gobernada de hecho por una aristocracia local hedonista y extravagante. La arquitectura barroca ha dado a la isla un carácter arquitectónico que permanece en el siglo XXI.

En el año 2002 la Unesco incluyó las «Ciudades del barroco tardío del Valle de Noto» como Patrimonio de la Humanidad, es decir un conjunto de ocho ciudades barrocas del sureste de Sicilia: Caltagirone, Militello in Val di Catania, Catania, Modica, Noto, Palazzolo Acreide, Ragusa y Scicli, por «proporcionar un testimonio sobresaliente del arte y la arquitectura del barroco tardío» y «representar la culminación y florecimiento final de arte barroco en Europa».[1]


  1. UNESCO

Barroco siciliano

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