Basalto | ||
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Muestra de basalto procedente de Ciudad Real (España) | ||
Tipo | ígnea-volcánica | |
Textura | Fino, vidrio | |
Serie ígnea | Subalcalina, alcalina | |
Color | Gris oscuro, negro[1] | |
Minerales | ||
Minerales esenciales | Augita, plagioclasa | |
Minerales accesorios | Olivino | |
El basalto es una roca ígnea extrusiva de color oscuro, de composición máfica —rica en silicatos de magnesio y hierro y en sílice—, que constituye una de las rocas más abundantes en la corteza terrestre.
Los basaltos suelen tener una textura porfídica, con fenocristales de olivino, augita, plagioclasa y una matriz cristalina fina. En ocasiones puede presentarse en forma de vidrio, denominado sideromelano, con muy pocos cristales o sin ellos.
El basalto es la roca volcánica más común y supera en cuanto a superficie cubierta de la Tierra a cualquier otra roca ígnea, incluso juntas,[1] ya que forma la mayor parte de los fondos oceánicos. Se pueden encontrar grandes extensiones de basalto sobre los continentes a los cuales se les denomina traps. A su vez, es común encontrarlo en Islas oceánicas y arcos volcánicos continentales e insulares.
Rocas similares y a menudo emparentadas con basaltos incluyen la diabasa, el gabro y la andesita.
También se encuentra en las superficies de la Luna y de Marte, así como en algunos meteoritos.