Para la plancha ondulada, véase Calamina (plancha) en inglés.[1]
Calamina, o caramilla,[2] es un nombre con el que históricamente se conoció un mineral de zinc. El nombre calamina se deriva de lapis calaminaris, una corrupción latina del griego cadmia (καδμία), antiguo nombre para los minerales de zinc en general. De aquí proviene el nombre de la ciudad belga de Kelmis (La Calamine en francés), que albergó una mina de zinc. En los siglos XVIII y XIX se podían encontrar grandes minas de calamina cerca del pueblo alemán de Breinigerberg.
A principios del siglo XIX, se descubrió que lo que se creía era un solo mineral en realidad eran dos distintos:
Aunque química y cristalográficamente son bastante diferentes entre sí, ambos minerales exhiben una forma externa masiva o botrioidal similar[3][4] y no se distinguen fácilmente sin un análisis químico o físico detallado. La primera persona en separar los minerales fue el químico y mineralogista británico James Smithson en 1803.[5] En la industria minera, históricamente se ha utilizado el término calamina para referirse a ambos minerales de manera indistinta.
En mineralogía calamina ya no se considera un término válido, siendo reemplazado por smithsonita y hemimorfita para distinguirla de la mezcla rosada de óxido de zinc (ZnO) y óxido de hierro (III) (Fe2O3) que se utiliza en lociones de calamina.