Cartucho intermedio | ||
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Un cartucho intermedio es un cartucho de fusil/carabina que es más potente que un cartucho de pistola/arma de defensa personal, pero mantiene una energía en boca reducida comparado con un cartucho de potencia plena (como el .303 British, 7,62 × 54 mm R, 7,92 × 57 mm Mauser, 7,7 × 58 mm Arisaka, .30-06 Springfield o el 7,62 × 51 mm OTAN) y, por lo tanto, se lo considera «intermedio» entre los calibres tradicionales de fusil y pistola.[1]
Como su retroceso se reduce significativamente en comparación con los cartuchos de máxima potencia, los fusiles completamente automáticos disparando cartuchos intermedios son relativamente fáciles de controlar. Sin embargo, a pesar de que son menos potentes que un cartucho tradicional de máxima potencia, la balística externa sigue siendo suficiente para un alcance efectivo de 300 a 600 m, que cubre las situaciones de enfrentamiento de infantería más típicas en la guerra moderna. Esto permitió el desarrollo del fusil de asalto, un tipo de arma portátil de fuego selectivo versátil que es más liviana y compacta que los fusiles de batalla tradicionales que disparan cartuchos de plena potencia.
Los primeros cartuchos intermedios que entraron en servicio fueron el alemán 7,92 × 33 mm Kurz utilizado en el StG 44 y el .30 Carbine utilizado en la carabina M2 de fuego selectivo durante los últimos años y los días finales de Segunda Guerra Mundial.[1][2][3] Otros ejemplos incluyen el soviético 7,62 × 39 mm M43 (usado en los fusiles SKS y AK-47) y 5,45 × 39 mm M74 (usado en el AK-74, que reemplazó al AK-47), el estadounidense 5,56 × 45 mm OTAN (usado en el AR-15/fusil M16 y carabinas M4) y el chino 5,8 × 42 mm (utilizado en la familia de fusiles QBZ-95).