En oposición a la república presidencialista y la república semipresidencialista, el jefe del Estado no tiene normalmente poderes ejecutivos reales como un presidente ejecutivo, ya que la mayoría de estos poderes le han sido concedidos al jefe de Gobierno, normalmente llamado primer ministro. Sin embargo, en una república parlamentaria (como Sudáfrica y Botsuana), el jefe de Estado y el jefe de Gobierno deben formar una sola oficina, pero el presidente se sigue eligiendo de la misma manera que el primer ministro en los estados que siguen el Sistema de Westminster. En ciertas ocasiones el presidente ha de tener poder ejecutivo legal para llevar a cabo el día a día de las instituciones (como en Finlandia o Irlanda), pero no hace uso de estos poderes. Algunas repúblicas parlamentarias podrían, por tanto, ser vistas como repúblicas con un sistema semipresidencialista, pero funcionando de una forma parlamentaria.