Un escarpe de falla o escarpa de falla[1] es un escalón topográfico producido por el movimiento relativo entre dos bloques de una falla.[2] Los escarpes de falla son formados tras terremotos y constituyen evidencia directa de la deformación de la corteza terrestre que acompaña a la sismicidad.[3] Sin embargo, no todos los grandes terremotos (Mw > 7) forman escarpes de falla.[3]
La altura de un escarpe nuevo es igual al componente vertical del desplazamiento de falla,[4] pero también se dan los casos en los que un escarpe de falla ha obtenido su forma actual de manera incremental por múltiples eventos sísmicos.[3] En dichos casos se les llama escarpe de falla multievento o escarpe de falla compuesto.[3] Se ha considerado que en escarpes de falla compuestos alzamientos relativos de 5 a 10 metros por cada evento sísmico seria una situación común.[5]
Los escarpes de fallas inversas pueden ser bastante sinuosos con manifestaciones discontinuas si el ángulo del plano de falla es bajo.[3] Por el contrario, fallas inversas de alto ángulo tienden a producir escarpes más simples.[3]
La formación de algunos escarpes esta acompañada un plegamiento de la superficie.[3]
Los escarpes de falla están relacionados con rocas muy fracturadas y brechas.[6]
En regiones cuya geología compone principalemnte de rocas cristalinas (e.g. granito, gneiss, esquisto) puede resultar difícil distinguir un escarpe de falla de un escarpe de origen erosivo.[7]