La espada es un arma blanca de dos filos que consiste básicamente en una hoja recta cortante, punzante —o con ambas características—, con empuñadura, y de cierta envergadura o marca (marca: aproximadamente a partir de medio metro). Según la definición estricta no serían espadas los sables, las katanas (sable japonés), etcétera.
Tienen su hoja metálica afilada en uno o los dos filos si es de tajo, o sin filos y con puntas agudas y duras si es de punzar, o con ambas características. La empuñadura se hacía de muchos y diversos materiales, sobre todo si eran espadas para "ceñir" o de "parada" aristocráticas, pero se solía emplear la madera o cuerno recubiertos —o no— de cuero o cordelería.
Siendo su aparición muy temprana (IV milenio a. C.), su hoja se hizo inicialmente de cobre (muy débil), posteriormente de bronce, hierro y finalmente acero templado. La factura y el manejo de la espada permanecen constantes a lo largo de los siglos, pero las técnicas varían entre culturas y periodos como resultado de las diferencias en el diseño y propósito de la hoja. Los nombres dados a muchas espadas en la mitología, literatura e historia reflejan el alto prestigio del arma (ver listado de espadas).
Según la ley de seguridad nacional europea, poseer una arma blanca (espadas) sin licencia de ella puede costar una multa de 3000€ dependiendo del afiler y la longitud de la espada y también de 2 a 7 años de prisión. Curiosamente ya no se puede conseguir esa específica licencia pero la ley aún se mantiene.