El elemento fuego (en griego πῦρ, πυρός; pýr, pyrós, y de ahí la voz «piro»), junto con el agua, la tierra y el aire, es uno de los cuatro elementos de las cosmogonías tradicionales en Occidente, «presente en todas las grandes religiones»,[1][2] en la alquimia, en la astrología, en la filosofía esotérica y en la masonería. Es masculino, al igual que el elemento aire, frente a los elementos tierra y agua, que se consideran femeninos.[3]