Los gases nobles son un grupo de elementos químicos con propiedades muy similares: por ejemplo, bajo condiciones normales, son gases monoatómicos, incoloros y presentan una reactividad muy baja. Se sitúan en el grupo 18 (VIIIA)[1] de la tabla periódica (anteriormente llamado grupo 0). Los seis gases que se encuentran en la naturaleza son el helio (He), el neón (Ne), el argón (Ar), el kriptón (Kr), el xenón (Xe) y el radiactivo radón (Rn).[1] Aunque la IUPAC ha utilizado el término «gas noble» indistintamente para referirse al «grupo 18» y, por tanto, incluiría al oganesón (Og),[2] elemento altamente radiactivo producido sintéticamente, puede que no sea significativamente noble desde el punto de vista químico y se prevé que rompa la tendencia y sea reactivo debido a efectos relativistas.[3][4] Debido a la extremadamente corta semivida de 0.7 ms de su único isótopo conocido, sus propiedades químicas requieren estudios experimentales y prácticos adicionales para validar estas predicciones.[5]
Las propiedades de los gases nobles pueden ser explicadas por las teorías modernas de la estructura atómica: a su capa electrónica de electrones valente se la considera completa,[6] dándoles poca tendencia a participar en reacciones químicas, por lo que solo unos pocos compuestos de gases nobles han sido preparados hasta 2008. El xenón reacciona de manera espontánea con el flúor (debido a la alta electronegatividad de este), y a partir de los compuestos resultantes se han alcanzado otros. También se han aislado algunos compuestos con kriptón. Los puntos de fusión y de ebullición de cada gas noble están muy próximos, difiriendo en menos de 10 °C; consecuentemente, solo son líquidos en un rango muy pequeño de temperaturas muy bajas
El neón, argón, kriptón y xenón se obtienen del aire[7] usando los métodos de licuefacción y destilación fraccionada.[8] El helio es típicamente separado del gas natural y el radón se aísla normalmente a partir del decaimiento radioactivo de compuestos disueltos del radio. Los gases nobles tienen muchas aplicaciones importantes en industrias como iluminación, soldadura y exploración espacial. La combinación helio-oxígeno-nitrógeno (trimix) se emplea para respirar en inmersiones de profundidad para evitar que los buzos sufran el efecto narcótico del nitrógeno. Después de verse los riesgos causados por la inflamabilidad del hidrógeno, este fue reemplazado por helio en los dirigibles y globos aerostáticos.