El término goliardo se utilizó durante la Edad Media para referirse a cierto tipo de clérigos vagabundos (giróvagos y sarabaítas) y a los estudiantes pobres sopistas y pícaros que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades en el siglo XIII.[1] La mayor parte de ellos estudiaron en las universidades de España, Francia, Alemania, Italia e Inglaterra. No obstante, la figura del goliardo puede rastrearse hasta épocas muy anteriores. Ya en el siglo IV, el concilio de Nicea condenaba a un cierto tipo de clérigos de vida licenciosa que podrían equipararse al goliardo (Vagans). En la Regla benedictina y en otros textos canónicos posteriores se vuelve a mencionar a la figura del clérigo vagabundo y ocioso.