La criminología reconoce varias formas de asesinato no paternal de niños.[2] En muchas sociedades pasadas ciertas formas de infanticidio eran consideradas permisibles, mientras que en la mayoría de las sociedades modernas se considera a la práctica inmoral y criminal. No obstante, aún sucede — en el mundo occidental generalmente debido a la enfermedad mental de alguno de los padres o conductas violentas, y en algunos países pobres como una forma de control de la población, algunas veces con aceptación social.[3][4][5]
Si bien el número exacto varía en función del país y de las diferentes culturas, se mantiene la tendencia de que la mayoría de infanticidios son cometidos por las madres. Concretamente el 70% de los filicidios y el 95% de los neonaticidios son cometidos por las mujeres.[6][7]
↑Prólogo de Rafael Ceballos Atienza en Ambrosio Tardieu Estudio médico-legal sobre el infanticidio, 1883, ed. 2010, Formación Alcalá, 978-84-9891-316-3, pág. 9