En la mitología griega, Leto (en griego antiguo: Λητώ, Lētṓ) es una hija de los titanes Ceo y Febe[1]—se la denomina con el patronímico de Ceántide—[2] y, en el panteón olímpico, madre con Zeus de los mellizos Apolo y Artemisa.[3] En la mitología romana es denominada como Latona.
En la Teogonía es enumerada como una de las esposas de Zeus, siendo esta la sexta y anterior a Hera.[4] Se dice que Leto de azulado peplo, siempre dulce, benévola con hombres y dioses inmortales, y dulce desde su origen, era la más amable dentro del Olimpo.[5][6] En las rapsodias órficas se nos dice aparentemente que Leto fue la madre de Hécate.[7] Un fragmento de Esquilo parece dar a entender que Leto fue la madre de Selene,[8] y que Zeus fue el padre;[9] y en las fuentes latinas se dice que Luna era hija de Latona. [10]
Cuando los dioses se enfrentaron entre ellos tras escoger un bando durante la guerra de Troya, Leto apoyó al bando troyano y se enfrentó a Hermes armada con su arco y sus flechas, pero el propio Hermes se retiró de la batalla, pues se negaba a combatir contra una de las esposa de Zeus.[11] Con respecto a ese enfrentamiento, algunos filósofos disertan acerca de su nombre, en un juego de palabras etimológico, y dicen que Leto pudiera provenir acaso de letho, esto es «olvido», como opuesto de Hermes, la palabra o memoria.[12]
Cuando Tifón decidió atacar el Olimpo Leto huyó, como la mayoría de dioses, pero esta decidió tomar la forma de musaraña.[13] También se describe a Leto luchando contra los gigantes durante la Gigantomaquia, como aparece representada en el altar de Pérgamo. Leto y Apolo criaron personalmente a Carneo, un profeta e hijo de Zeus y Europa.[14] Las súplicas de Leto evitaron que Zeus sumiera en el Tártaro a Apolo, pues éste, encolerizado por la muerte de Asclepio, se había atrevido a matar a los Cíclopes, asistentes de Zeus.[15]