El librecambismo es la doctrina económica que promulga el librecambio,[1] esto es, la no intervención estatal en el comercio internacional, permitiendo que los flujos de mercancías se gobiernen por las ventajas de cada país y la competitividad de las empresas,[2][3] y suponiendo que con ello se producirá una adecuada distribución de los bienes y servicios, así como una asignación óptima de los recursos económicos a escala planetaria. Es la extensión más allá de los mercados nacionales de los principios del mercado libre o liberalismo económico (laissez faire).[4] Se opone al proteccionismo.