Libro de los muertos


El Juicio de Osiris representado en el Papiro de Hunefer (ca. 1275 a. C.). Anubis, con cabeza de chacal, pesa el corazón del escriba Hunefer contra la pluma de la verdad en la balanza de Maat. Tot, con cabeza de ibis, anota el resultado. Si su corazón es más ligero que la pluma, a Hunefer se le permite pasar a la otra vida. Si no es así, es devorado por la expectante criatura quimérica Ammyt, compuesta por partes de cocodrilo, león e hipopótamo. Viñetas como esta eran muy comunes en los libros de los muertos egipcios.

El Libro de los muertos es el nombre moderno de un texto funerario del Antiguo Egipto. Empezó a utilizarse en el comienzo del Imperio nuevo (hacia el 1540 a. C.) y se mantuvo en uso hasta alrededor del 60 a. C., ya en el período helenístico de Egipto.[1]

El Libro de los muertos forma parte de una tradición de textos funerarios iniciada por los más antiguos textos de las pirámides y textos de los sarcófagos, que se inscribían sobre muros de tumbas o en los féretros, y no sobre papiros.

El nombre egipcio original para el texto, transliterado rw nw prt m hrw,[2]​ es convencionalmente traducido por los egiptólogos como ‘libro de la salida al día’,[3][4]​ o ‘libro de la emergencia a la luz’.[Nota 1]

El texto consistía en una serie de sortilegios mágicos destinados a ayudar a los difuntos a superar el juicio de Osiris, asistirlos en su viaje a través del inframundo (la Duat) y viajar al paraíso (Aaru) en la otra vida.

Algunos de los sortilegios del Libro de los muertos fueron extraídos de los antiguos textos de las pirámides y textos de los sarcófagos y datan del III milenio a. C., mientras que otras fórmulas mágicas fueron compuestas más tarde en la historia egipcia y datan del Tercer período intermedio (siglos XI-VII a. C.), entre el Imperio medio y el Período tardío.

Algunos de los capítulos que componían el libro se siguieron inscribiendo en paredes de tumbas y sarcófagos, tal y como habían sido los sortilegios desde su origen. El Libro de los muertos se introducía en el sarcófago o en la cámara sepulcral del fallecido.

No existía un único y canónico Libro de los muertos. Los papiros supervivientes contienen una variada selección de textos religiosos y mágicos y difieren notablemente en sus ilustraciones. Algunas personas encargaban sus propias copias del libro, tal vez con una selección de los sortilegios que consideraban más importantes para su propia progresión en la otra vida.

El Libro de los muertos fue comúnmente escrito sobre rollos de papiro con jeroglíficos o escritura hierática, y a menudo ilustrado con viñetas que representan al difunto y su viaje al más allá.

Libro de la Salida al Día en jeroglífico
D21
Z1
M33
W24
Z1
O1
D21
X1
D54
G17O4
D21
G43N5
Z1
  1. Taylor, 2010, p. 54.
  2. Allen, 2000, p. 316.
  3. Taylor, 2010, p. 55.
  4. D'Auria, 1989, p. 187.


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Libro de los muertos

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