Mesopotamia es el nombre por el cual se conoce a la región histórica del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates,[1] si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre ambos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del norte y este de Siria.
El término alude inicialmente a esta región durante la Edad Antigua, que se dividía en «Asiria» (al norte) y «Babilonia» (al sur). Babilonia (también conocida como Caldea), a su vez, se dividía en Acadia (parte alta) y Caldea (parte baja).[2] Sus gobernantes eran llamados patesi.
Los nombres de ciudades como Ur o Nippur, de héroes legendarios como Gilgameš, del Código Hammurabi, de los asombrosos edificios conocidos como zigurats, provienen de la Mesopotamia Antigua. Y episodios mencionados en la Biblia o en la Torá, como los del diluvio universal o la leyenda de la Torre de Babel, aluden a hechos ocurridos en esta zona.
El sistema social estaba ligado a la economía, por lo que no había castas ni estratificación, solo diferenciación en las posiciones económicas.
La economía de Mesopotamia se basaba en la agricultura y la división de tierras de la siguiente forma:
Sector estatal o público: propiedad del templo y el palacio, como propiedad del dios, y tenía como objetivo la producción para sustento del templo y el personal (escribas, sacerdotes y administrativos) y eran trabajadas por campesinos influenciados bajo coerción física o ideológica, los cuales eran remunerados con raciones de cebada, lana y aceite para iluminación e higiene en cantidades según edad y sexo.
Sector privado: eran tierras de propiedad comunal y privadas, administradas por macrofamilias a cambio de tributo.[3]
También podían encontrarse las siguientes distinciones socio-económicas dentro de la población, lo cual estaba sujeto a su nivel de dependencia o independencia económica:
Mezquinos: se trataba de ciertos sectores que podían vivir solamente de su trabajo corporal y el cultivo de sus parcelas. Pertenecen a los grupos sociales más débiles debido a que se encuentran socialmente desprotegidos y son súbditos del rey (responsable del templo).[4]
Hombres: son ciudadanos con posibilidad de acceder a la tierra. Están ligados a la actividad palaciega, propietarios de parcelas, escribas o funcionarios que han conseguido acumular el capital para la explotación de las tierras.
Siervos: se trata de personas que tenían deudas con el palacio y eran siervos voluntarios para su pago.
Esclavos: guerreros enemigos cautivos.
↑Real Academia Española. «mesopotámico, ca». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
↑Klima, Josef (1983). Sociedad y Cultura en la Antigua Mesopotamia. Madrid: Akal Editor. p. 9. ISBN84-7339-517-4.