Un pasaporte es un documento con validez internacional expedido por las autoridades de su respectivo país, que acredita un permiso o autorización legal para que salga o ingrese del mismo.[1] En sus hojas se coloca una estampa que marca el ingreso o la salida de un territorio, la cual puede ser de un timbre de tinta o un autoadhesivo, como también ciertos tipos de visados.
Es habitual que los pasaportes contengan el nombre completo, la fotografía, el lugar y la fecha de nacimiento, la firma y las fechas de expedición y caducidad del pasaporte. Aunque los pasaportes suelen ser expedidos por los gobiernos nacionales, algunos gobiernos subnacionales[2] están autorizados a expedir pasaportes a ciudadanos que residan dentro de sus fronteras.
Muchas naciones expiden (o tienen previsto expedir) pasaportes biométricos que contienen un microchip integrado, lo que los convierte en soporte legible por máquina y los hace difíciles de falsificar.[3][4] Los pasaportes no biométricos de lectura mecánica emitidos con anterioridad suelen seguir siendo válidos hasta sus respectivas fechas de caducidad.
Normalmente, el titular de un pasaporte tiene derecho a entrar en el país que lo expidió, aunque algunas personas con derecho a pasaporte pueden no ser ciudadanos de pleno derecho con derecho de residencia, por ejemplo, nacionales estadounidenses o nacionales británicos. Un pasaporte no crea por sí mismo ningún derecho en el país que se visita ni obliga al país emisor a prestar asistencia consular. Algunos pasaportes acreditan que el portador tiene la condición de diplomático u otro funcionario, con derechos y privilegios como inmunidad frente a detenciones o procesamientos.[3]