Las plantas bulbosas son plantas herbáceas y perennes que presentan órganos subterráneos de reserva de nutrientes, tales como bulbos, cormos, rizomas, tubérculos y raíces tuberosas. Estas especies suelen perder su parte aérea durante las épocas desfavorables de crecimiento (el invierno o el verano, dependiendo de la especie) y permanecen en reposo gracias a las reservas almacenadas en sus bulbos. Cuando las condiciones estacionales vuelven a ser favorables, dichas reservas sustentan el nuevo ciclo de crecimiento. Además, los bulbos también permiten la multiplicación vegetativa o asexual en estas especies.[1][2] El concepto de "plantas bulbosas" hace referencia, básicamente, a aquellas especies que se utilizan como ornamentales en parques y jardines o bien, como flores de corte[2] y fuera de este ámbito no se usa para referirse a plantas cuyas estructuras de propagación vegetativa no sean bulbos.