El concepto de primer mundo era originalmente uno de los «tres mundos» formados por el panorama político global de la Guerra Fría,[1] ya que agrupaba a los países alineados con el bloque occidental de Estados Unidos. Esta agrupación se oponía directamente al segundo mundo, que agrupaba de forma similar a los países alineados con el bloque del este de la Unión Soviética.[1] Sin embargo, al finalizar la Guerra Fría con la disolución de la Unión Soviética en 1991, la definición cambió en gran medida para referirse a cualquier país que presuma de un sistema democrático que funcione bien con pocas perspectivas de riesgo político, además de un sólido Estado de derecho, una economía liberal con estabilidad económica y un alto nivel de vida. El PIB, el PNB, la tasa de alfabetización, la esperanza de vida y el índice de desarrollo humano de un país son algunas de las formas en que se evalúan estos parámetros. En el uso coloquial, «primer mundo» suele referirse a «las naciones industrializadas altamente desarrolladas, a menudo consideradas los países occidentalizados del mundo».[2]