El término pulp o pulps, abreviatura del inglés «pulp magazines» (revistas pulp o revistas de pulp), hace referencia a publicaciones baratas y de escasa calidad material que fueron muy populares en los Estados Unidos desde 1896 hasta finales de la década de 1950. En particular, el término «pulp» deriva del papel de pulpa de madera barato en el que se imprimían las revistas, haciendo referencia a un formato de encuadernación en rústica, barato y de consumo popular, de revistas especializadas en narraciones e historietas de diferentes géneros de la literatura de ficción. La revista pulp típica tenía 128 páginas, 18 cm de ancho por 25 cm de alto y 1,3 cm de grosor, con bordes irregulares y sin recortar. Las publicaciones contenían argumentos simples con grabados e impresiones artísticas que ilustraban la narración, de manera similar a un cómic o una historieta.
Dichas publicaciones aparecen durante el primer tercio del siglo XX y continúa su impresión hasta finales de la década de 1950. Fue el bajo coste de los pulps lo que los hizo tan populares entre las masas estadounidenses, y en este sentido fueron descendientes directas de las dime novels y los penny dreadfuls y las revistas de ficción corta del siglo XIX que contaban las hazañas de soldados y bandoleros, en un formato de revista barata destinada al consumo popular: se vendían a 10¢ (one dime) y a un centavo (penny) respectivamente.[1]
Los pulps dieron origen al término pulp fiction (ficción de pulp) para referirse a literatura popular y de baja calidad. Aunque muchos escritores respetados escribían para los pulps, las revistas eran más conocidas por su temática morbosa, explotadora y sensacionalista. Estas revistas publicaban principalmente relatos de ficción (muy a menudo presentados como historias reales), con una gran variedad de temas, como la ciencia ficción, la ficción de horror, suspense, acción, romance y fantasía en los que intervenían elementos de carácter lascivo como la violencia y el erotismo, concentrándose en las variantes de la ficción de explotación.[2][3] Las publicaciones comenzaron a distinguirse del comic book tradicional debido a su formato de publicación extenso y a la intervención de elementos de la ficción de explotación en el argumento de la publicación.[4]
Tras un periodo de éxito, el género decayó a partir de los años 50, debido al aumento del precio del papel y a la fuerte competencia de los cómics, la televisión y las novelas. Los pocos pulps que aún se publican hoy en día están orientados principalmente a la ciencia ficción y la fantasía. Los cómics de superhéroes modernos se consideran a veces descendientes de los "pulps de héroes", historias ilustradas de personajes heroicos, como Flash Gordon, La Sombra, Doc Savage o The Phantom Detective.