«Raza vasca» es un concepto antropológico obsoleto utilizado por historiadores y etnógrafos vascos y no vascos entre los siglos XIX y XX.[1]
La mayoría de los autores localizaba a esta «raza» en los territorios de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra en España, y en Baja Navarra, Labort y Sola en Francia, y en aquella época aludían a dicho concepto de raza en alusión a los términos actuales de «etnia» o «pueblo», mezclándolo con connotaciones socioculturales, y no sólo relativo a definiciones biogenéticas.
Políticamente el nacionalismo vasco, creado hacia mediados del XIX y en paralelo a otros renacimientos político-culturales en Europa de entonces tras la reunificación alemana e italiana, alegaba en sus inicios que dicha raza coincidiría territorialmente con los límites físicos de su patria, Euskadi o Euskal Herria y la raza vasca era usada como elemento identitario y como base de una teoría de reconstrucción nacional en el sentido que el derecho romano identificaba como nación o pueblo a una gens determinada de etnia o costumbres y leyes propios aun dentro del Imperio, y de neo-construcción política para plasmarlo hacia un estado más o menos independiente, en contraposición a los conceptos de raza ibérica o raza latina independientemente de diferencias culturales o etnográficas como lengua, costumbres o leyes que eran usados por los nacionalistas españoles para basar la unidad estatal de los territorios o gentes en ellos heredados por la monarquía Borbónica, teniendo en los primeros escritos de Sabino Arana su máximo exponente. Arana, según mantienen algunos historiadores, fundó una doctrina política que consideraba que sólo los vascos de raza pura podían formar parte de la nación vasca y que la "raza vasca" era superior en todos los aspectos a la degenerada "raza española" ("maquetos") que había "invadido" Vizcaya.[2]
Durante el siglo XIX, "raza" fue un concepto central de la antropología[3] y el concepto de "raza vasca" se usaba mayoritariamente como elemento diferenciador, pero sin atribuirle una superioridad respecto a las otras razas.[4][5][6][7][8]
- ↑ E. Collignon.- "La Raza Vasca: estudio antropológico"(Paris, 1899)
- ↑ José Luis de la Granja Sáinz, El "antimaketismo": la visión de Sabino Arana sobre España y los españoles, en Norba. Revista de historia ISSN 0213-375X, Nº 19, 2006, págs. 191-203. Consultado: 08-3-2011.
- ↑ Razas y Pueblos de la tierra, por Deniker (Paris, 1900).
- ↑ Miguel de Unamuno aludía constantemente al término de raza vasca, por ejemplo: "Si hay algún hombre representativo de mi raza, es Íñigo de Loyola, el hidalgo guipuzcoano que fundó la Compañía de Jesús, el caballero andante de la iglesia, el hijo de la tenacidad paciente. La Compañía, me decía una vez un famoso exjesuita, no es castellana, como se ha dicho, ni española, es vascongada. Y vascongada hasta en sus defectos. Es vascongada en su terquedad pacienzuda, en su espíritu a la vez autoritario e independiente, en su horror a la ociosidad, en su pobreza de imaginación artística, en su fuerza para acomodarse a los más distintos ambientes, sin perder su individualidad propia". "Sí; las Filipinas las ganó para España mi paisano Legazpi - uno de los hombres más representativos de mi raza vasca, como lo fue también muy representativo de ella, la suya y la mía, Urdaneta; - y las ganó con el cerebro y no con el otro órgano de donde han sacado sus determinaciones no pocos de los conquistadores á lo Pizarro, de espada y tranca."
- ↑ "Los trece hombres de la costa tenían el sello característico de la raza vasca: cabeza ancha, perfil aguileño, la pupila muerta por la constante contemplación de la mar, la gran devoradora de hombres. El Cantábrico los conocía; ellos conocían las olas y el viento." (Pío Baroja)
- ↑ [1] "... lo que demuestra el amor inmenso que siente Ud. por la justicia y por la raza vasca, a la que Ud. pertenece" (Colecciones Mexicanas. Españoles en México-Siglo XIX.C11, E9, D7, reg. 1864. Folio 200.)
- ↑ [2] Archivado el 8 de diciembre de 2007 en Wayback Machine. "Loyola era una vasca de raza y una persona con mucha generosidad"" (Federico Trillo al fallecimiento de Loyola de Palacio)
- ↑ "Cortos en palabras, pero en obras largos" (Tirso de Molina, primer acto de "La prudencia en la mujer")